MICRORRELATOS DE DICIEMBRE
2014.
FRASE ESCOGIDA:”… unos grandes ojos soñadores…”.
Relato de Óscar Wilde “El príncipe feliz”.
GANADORES:
1ª Categoría: Sofía
Lizana Aranda (3º A.ESO)
Eran unos grandes ojos soñadores, los
recuerdo perfectamente.
Miraban el mundo con un brillo especial, una perspectiva diferente. Se
enamorabande cada detalle, cada sonrisa…Los meses y días pasaban y seguían como
el primer día que vieron la luz. Igual de bellos, con el mismo océano
invadiendo su iris y con la misma ilusión que reflejan el minuto que los
conocí. Pococa poco, esos ojos fueron contemplando momentos más tristes, más
lamentables, más trágicos, más reales…Y fue así como un día aquellos ojos
dejaron de soñar y empezaron a ver la realidad, no tan bonita como se imaginaba
ni tan mustia como parecía…!Bonitos instantes, grandes ocasiones, pequeñas
oportunidades e inolvidables tiempos! Hasta que llegó su hora y aquellos ojos
se cerraron.
2ª Categoría: Sandra
Nieto Serrano (4º A. )
Sin saber a ciencia cierta la verdad, Luis
se marchó a casa, después de un largo día de declaraciones ante la guardia
civil sin llegar a convencer al sargento Sotomayor de su versión:
“Hacia las 7 de la mañana salí de casa para ir a trabajar. A unos 20km de mi destino aparecieron dos
grandes ojos soñadores que hicieron perder el control del vehículo, atravesando
el campo y el huerto de un agricultor. Al bajarme del coche, las plantas de
tomates estaban desparramadas sobre el capó, y de los retrovisores colgaban los
calabacines”.
La culpa fue de esos grandes ojos soñadores
como soles, pero nadie le creyó. A fin de cuentas quién iba
saber que Luis era miope y por error había cogido las lentes de su mujer
con doble graduación a las suyas.
FINALISTAS
2ºCategoría: Ana Mudarra
Medina (4ª A)
Anaís
estaba paseando y alguien comenzó a seguirle. Asustada corrió y, de pronto,
apareció en un laberinto, escapando de algo desconocido.. Era una noche oscura
y hacía frío. Se sentía muy cansada para seguir huyendo de aquella cosa que, de
repente, se le lanzó por la espalda. De pronto, despertó. Se trataba de una
pesadilla demasiado real.
Con
unos grandes ojos soñadores fue a su pequeño aseo, se echó un poco de agua en
la cara para espabilarse y cuando se miró en el espejo sucedió algo
inexplicable.